El líder opositor cubano José Daniel Ferrer fue excarcelado este jueves tras casi cuatro años en la prisión, desde su último arresto el 11 de julio de 2021.
“Me botaron de la prisión porque no acepto la libertad condicional” , aseguró a Martí Noticias en sus primeras declaraciones tras salir de la cárcel.
Las autoridades le aclararon que "si no cumple normas de la sociedad socialista" lo "procesarán en los tribunales nuevamente". El líder opositor indicó que aunque tiene problemas de salud "ninguno afecta mi deseo de continuar luchando por la democracia y los derechos humanos".
"Voy a continuar haciendo lo que siempre he hecho”, comentó.
Ferrer instó a la oposición a "estar más unida que nunca. No debemos temer a la prisión”, y envió al pueblo cubano un mensaje "sencillo y que me sale del corazón: No tengan miedo de luchar por una Cuba libre, próspera y justa".
Su esposa, Nelva Ortega Tamayo, había adelantado más temprano que recibió una llamada de las autoridades para que acudiera a la cárcel de Mar Verde, en Santiago de Cuba, donde Ferrer permanecía recluido.
"Ferrer es inocente, no ha cometido ningún delito, simplemente hacer uso de su libertad de expresión y ser un fiel defensor de los derechos humanos. Ha entregado la mayor parte de su vida a la lucha pacífica por el respeto a los derechos humanos, por la libertad y por la democracia del pueblo cubano y de otros países que también viven en dictadura", dijo.
Decenas de presos políticos están siendo excarcelados desde el miércoles en Cuba, un día después de que Estados Unidos retirara a La Habana de la lista de países que patrocinan el terrorismo. El Gobierno anunció que liberarían a 553 presos de manera gradual, sin ofrecer más detalles.
Organizaciones de la sociedad civil contabilizan al menos 1.153 presos políticos en Cuba.
Ortega Tamayo, la esposa de Ferrer, dijo que "deberían ser liberados todos los presos, no solamente los del 11 de julio, sino también los presos históricos que no han cometido un delito y que han sufrido durante todos estos años de la crueldad de vivir en las prisiones".
Declarado "preso de conciencia" por Amnistía Internacional, Ferrer, de 54 años, es uno de los 75 opositores encarcelados durante la Primavera Negra de Cuba en el 2003 y ha pasado al menos una docena de años en la cárcel.
En 2003 fue condenado a 25 años de prisión y liberado en 2011 bajo una licencia extrapenal tras una mediación de la Iglesia Católica. Fue uno de los 12 presos del grupo que se negó a abandonar Cuba tras ser liberado.
En octubre de 2019 fue arrestado nuevamente y lo condenaron a cuatro años y medio de cárcel por el delito de “lesiones”.
Seis meses después fue excarcelado bajo la medida cautelar de “limitación de libertad”, que le fue revocada el 11 de julio de 2021, luego de que tratara de incorporarse a las masivas manifestaciones antigubernamentales de ese día en Santiago de Cuba.
La familia ha denunciado que las condiciones inhumanas en que lo mantuvieron en prisión son parte de una estrategia del régimen de La Habana para forzarlo a aceptar su salida de Cuba. En el pasado Ferrer ha rechazado ofertas de destierro, afirmando que prefiere morir en prisión antes que abandonar su país.
El opositor cumplió el total de su condena el 13 de agosto pasado. El Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC) interpuso una apelación ante el Tribunal Supremo de Santiago de Cuba en diciembre pasado en el que mostró su desacuerdo con la decisión de ese órgano de no tramitar un procedimiento de habeas corpus a favor de Ferrer.
En los más de tres años de cárcel desde su último encierro, el líder opositor ha permanecido la mayor parte del tiempo en celdas de castigo sin acceso regular a la luz solar y sin contacto con otros reclusos.