Un grupo de residentes en la capital cubana interesados en la arquitectura, y algunos curiosos sobre cómo vivían los ricos antes de que el fallecido dictador Fidel Castro tomara el poder en 1959, recorrieron el sábado algunas de las mansiones y edificios icónicos de la ciudad bajo la iniciativa de la UNESCO.
El recorrido "Puertas Abiertas al Vedado", patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura para admirar el patrimonio arquitectónico cubano, contrasta con el deterioro de una ciudad en ruinas, en la que los derrumbes ocurren casi a diario.
Horas antes de este evento, un derrumbe parcial del inmueble que alberga al Instituto Superior de Diseño (ISDi) dejó sin acceso a sus viviendas a cuatro familias. La zona colapsada tenía una advertencia de derrumbe desde hacía cuatro meses, dijeron las autoridades.
"El derrumbe del ISDi es también el derrumbe de Cuba, el derrumbe de nuestras ideologías, nuestras familias, nuestras ilusiones, nuestro futuro, y hasta el derrumbe de nuestra integridad física como personas", escribió en Facebook el diseñador Carlos Zamora, egresado de esa institución.
Más de un tercio de las viviendas en Cuba están en mal estado, según cifras oficiales dadas a conocer a finales de 2024. Expertos consultados entonces por Martí Noticias consideraron que el número es mayor.
La capital del país no escapa a este panorama. Cada vez que sopla un viento de huracán, sus residentes elevan una plegaria para pedir por sus techos y paredes, y cada vez, cientos de residentes sufren pérdidas considerables en sus inmuebles. En noviembre pasado, el huracán Rafael, el último ciclón que azotó La Habana, causó al menos 461 derrumbes, entre totales y parciales.
Algunas de esas suntuosas mansiones habaneras que la UNESCO incluye en su recorrido pasaron a ser sede de representaciones diplomáticas extranjeras o de instituciones estatales tras su confiscación después de 1959, y unas pocas permanecieron en manos de las familias de los propietarios originales.
Muchas otras fueron convertidas en residencias multifamiliares, con divisiones improvisadas y adaptaciones que cambiaron para siempre su diseño y valor arquitectónico original. El Vedado está lleno de estos ejemplos, pero también el resto de La Habana. No se salva ni La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y donde un programa de restauración emprendido en los años 90 por el entonces historiador de la ciudad, Eusebio Leal, logró rescatar algunos inmuebles de mayor valor, y dedicarlos al turismo, o a museos, en la mayoría de los casos.
Contrastes de la "ciudad bombardeada"
Entre las edificaciones mostradas por la UNESCO se encuentra la casa del banquero Pablo González de Mendoza, una suntuosa mansión que ahora sirve como residencia del embajador británico en La Habana, Sir George Hollingbery.
El pequeño palacio de 100 años de antigüedad cuenta con la primera piscina cubierta de la ciudad y ha recibido a invitados importantes como el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles, durante la primera visita oficial a Cuba de miembros de la familia real británica, en 2019, subraya un reporte de The Associated Press.
"Hay una gran variedad de arquitectura, y toda ella tiene un alto valor patrimonial. Es nuestro patrimonio y representa el proceso de transición de la arquitectura colonial a la republicana, seguida por los rascacielos del siglo XX", dijo a AP la arquitecta Madeline Menéndez García.
Sin embargo, la realidad circundante apaga el brillo que queda en las emblemáticas edificaciones. La Habana luce como una ciudad bombardeada.
No lejos de la lujosa casona devenida sede diplomática, un hombre falleció en octubre pasado tras desplomarse el balcón de la vivienda donde residía, confirmaron entonces a Martí Noticias varios familiares de la víctima. Meses antes, tres personas resultaron heridas cuando un balcón se desplomó sobre la cafetería "El Tablazo", ubicada en la calle 1ra, entre C y D, también en El Vedado.
"En El Vedado se presenta una situación compleja económica y social", explicó la arquitecta. "No es solo el deterioro, es la transformación que afecta a los valores patrimoniales de las casas".
Anne Lemaistre, representante regional de la UNESCO, explicó a la AP el objetivo de la organización con este tipo de recorridos.
“Queremos que El Vedado tenga esta posibilidad de ser visitado, apreciado, conocido. Quizá un día, porque sabemos que es un proyecto urbanístico y arquitectónico muy especial… podríamos, si lo documentamos oficialmente, proponerlo a la lista de patrimonio mundial”.
(Incluye información de The Associated Press)
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