Aunque las autoridades cubanas aún no han proporcionado detalles sobre el siniestro en la base militar de Melones, del municipio holguinero Rafael Freyre, que costó la vida a 13 personas, militares entrevistados por Martí Noticias apuntaron a la probable existencia de material químico almacenado en el lugar, y a la falta de protocolos de seguridad para preservarlo.
“Una vez yo visité este lugar, Melones, y ahí radicaba uno de los almacenes del Ejército Oriental de armamento químico. Eso fue en los ochenta y tantos, pero cabe la posibilidad de que estén todavía”, dijo el exteniente coronel cubano Máximo Omar Ruiz Matoses, exiliado en España y presidente del grupo independiente Militares Objetores de Conciencia.
“Antes eran un polvorín de las FAR [Fuerzas Armadas Revolucionarias] donde lo mismo se acumula material pirotécnico que puede haber tanques, como en las lomas de Bejucal, que están horadadas completamente. Ahora, yo sí creo que armamento químico todavía existe allí, por eso tanto sigilo, porque si hay municiones viejas, como dicen ellos, explotan las municiones viejas y, por empatía, explotan otras cajas de municiones. Pero eso se termina rápido”, afirmó.
La Convención sobre Armas Químicas (CWC), que entró en vigor en 1997, prohíbe la producción, el almacenamiento, la transferencia y el uso de armas químicas para matar, herir o incapacitar temporalmente a las personas.
Otro de los factores, que, de acuerdo a los militares entrevistados, contribuyó a empeorar el panorama es la existencia de enormes túneles alrededor de la base a los que hasta hoy no se ha podido acceder.
“Tú sabes cómo hay túneles en Cuba y allá donde está el Puesto de Mando gigantesco que hay soterrado a 50 metros bajo tierra, debajo de las lomas de Holguín, ahí también, había armamento químico. Esos túneles, verdaderamente, los hay de kilómetros y que se unen unos con otros”, señaló Ruiz Matoses.
Ocho días después de desatada la tragedia, un comunicado del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) informó que, tras los análisis de los especialistas, la comisión de investigación concluyó que “es inaccesible el lugar del accidente y en consecuencia no existe posibilidad alguna de vida en el lugar”.
“Después de varios días de intenso trabajo se pudo determinar que la posible causa que provocó el suceso está asociada a un fallo eléctrico provocado por un cortocircuito en el interior de la instalación”, indicó el organismo castrense.
“Yo pienso que eso fue una cuestión de mala manipulación, como siempre la ha habido. Nunca se ha respetado el protocolo. Ni en la época mía, nunca. No se respetaban medidas de seguridad”, consideró el exteniente cubano Ángel Madrazo, residente en Texas, Estados Unidos.
“[En bases militares] la gente jugaba con los explosivos de demolición para hacer simulacros, con TNT, la rocamonita que es lo que yo pienso que había ahí, por el color del humo, junto con algún químico”.
La pólvora C-4 conocida en Cuba como rocamonita rusa, es un explosivo plástico de uso bélico, más poderoso que el TNT.
Ruiz Matoses también apuntó a la falta de protocolos de seguridad adecuados por la preservación de material de guerra en la isla.
“Los países desarrollados tienen muchas medidas que preservan el material bélico, más las medidas organizativas. Nosotros, en Cuba, es un relajo lo que hay con eso, y te encuentras, por ejemplo, en Bejucal tanques, carros blindados, la BTN y armamentos químicos que no deben de estar juntos, según las instrucciones para explotación de esos medios. Lo mismo pasa ahí, en Melones, que pasa en cualquier sistema de refugio de armamento de las Fuerzas Armadas”.
Un capitán jubilado de las Fuerzas Armadas, entrevistado bajo condición de anonimato porel diario independiente 14ymedio, resaltó que el de “Melones es uno de los episodios recientes de negligencia más costosos para el pueblo cubano”.
"Los oficiales que perdieron la vida ahí sabían el riesgo que corrían; los soldados, no. (...) A esos niños los mandaron a matar. El protocolo correcto era la evacuación inmediata", dijo el exoficial.
Otro del desencadenante de este tipo de accidentes es la ausencia “de una inversión adecuada para mantener a una temperatura determinada, el explosivo, etcétera. La mala manipulación conllevó a ese desastre que el gobierno lo va a tener oculto siempre”, concluyó Madrazo.
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