Nuevas medidas del Gobierno cubano para la importación de vehículos a Cuba podrían dejar fuera del negocio a agencias en Estados Unidos que tienen licencias para exportar carros a la isla.
Una normativa que entró en vigor el 1 de enero exige que las agencias exportadoras tengan autorización del fabricante del vehículo, así como la garantía técnica del mismo y el suministro de piezas de repuesto, entre otros requisitos. La normativa fue publicada en la Gaceta Oficial.
El representante de una agencia en Miami que exporta carros a Cuba, que pidió no revelar su identidad, dijo que “[las autoridades cubanas] buscaron una fórmula legal para enredar las importaciones de autos".
Ahora "para exportar un carro a Cuba hay que entregar una carta de la Toyota, de Chevrolet, de Tesla o la marca que sea, que autorice la exportación", explicó.
"Eso no va a pasar. Ninguna marca te va a dar esa carta para Cuba”, argumentó.
Varias agencias en el sur de la Florida dijeron que los envíos de carros a Cuba para personas naturales estaban suspendidos mientras revisaban las nuevas leyes pero que continuaban enviando carros a negocios privados (Mypimes). Algunas han dejado de anunciar en sus redes sociales los envíos de autos aunque no han informado una paralización del servicio.
Tras la entrada en vigor de la nueva política, el ministro de Transporte cubano, Eduardo Rodríguez Dávila, publicó en Facebook un listado con las nueve empresas autorizadas a comercializar vehículos en la isla: CIMEX, DIVEP, IMEXPORT, TRANSIMPORT, TRADEX, MCV Comercial, Servicios Automotores S.A. (SASA), Tiendas Caribe y SOLIMPORT, varias de las cuales pertenecen al conglomerado de los militares GAESA.
El representante de la agencia de Miami que conversó con Martí Noticias explicó que se trata de "las empresas estatales y empresas mixtas dentro de Cuba que toda la vida estuvieron autorizadas, las que siempre han importado carros para taxis, ambulancias, patrullas de policía. Son empresas que tienen negocios con marcas en el exterior, mayormente en China”.
“El Gobierno se quedó con el control del negocio", dijo. "¿De qué manera esa medida va a mejorar las cosas, como dicen ellos, si casi todo el dinero venía de Miami?”.
Para el economista Emilio Morales se trata de un proceso "para reorganizar la economía en función de las necesidades financieras de GAESA", que estaba "perdiendo control" en el mercado minorista dolarizado.
"Estamos viendo una radicalización de GAESA en medio del peor momento de la crisis multisistémica que atraviesa el país. Todo dólar que aparezca en el horizonte ellos van a tratar de controlarlo, nadie más podrá tener acceso, ese es el nuevo rumbo que ellos están tratando de imponer en el país", comentó.
En el primer semestre de 2024, Cuba importó vehículos desde EEUU por un valor superior a los 30 millones de dólares, de acuerdo con cifras del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba (Cuba Trade). El negocio dejaba al gobierno cubano miles de dólares por cada carro.
A mediados del año pasado, las autoridades anunciaron en el Parlamento que trabajaban en una nueva política para la importación de vehículos que facilitaría el proceso a las personas naturales y reduciría el impuesto del Estado, que oscilaba entre el 350% y el 500% del valor del auto. La norma fue aprobada casi seis meses después, fijando el impuesto hasta un 35%. Según el ministro de Transporte, con las nuevas regulaciones un carro de 10.000 dólares se iba a poder adquirir en Cuba a unos 15.900 dólares, cuando anteriormente ese mismo vehículo costaba alrededor de 50.000 dólares.
Tras el anuncio, muchos pensaron que sería más fácil para las personas naturales importar vehículos a la isla.
Alex, un cubano radicado en el sur de la Florida que envío un carro a la isla en septiembre pasado, dijo a Martí Noticias que tuvo suerte en hacerlo antes de que se acabaran los envíos "para la gente". Poco después, "nada más se podían enviar a las Mipymes".
El joven compró un Kía Río del 2019 en Miami por 14.000 dólares. Enviarlo le costó 6.000 dólares en una agencia en EEUU. En Cuba tuvo que pagar 15.200 dólares entre aranceles e impuestos. En total, gastó 35.200 dólares. Un mes después le ofrecían más de 5.000 dólares por encima.
Morales considera que "esto va a tener graves consecuencias, y hará que la crisis se profundice, haciendo crecer aún más el descontento de la población, de los emprendedores e incluso dentro del mismo gobierno".
Cuba mantuvo un férreo control sobre el negocio de los carros durante décadas. Hasta 2013 los cubanos necesitaban una carta del vicepresidente del país para poder importar un vehículo. El Gobierno las entregaba mayormente a los médicos que cumplían misiones, deportistas de alto rendimiento, artistas reconocidos y otras personas “elegidas”.
Ese año autorizaron la compraventa de carros nuevos y de segunda mano, pero el impuesto en los concesionarios de La Habana era muy alto. Por ejemplo, un Peugeot de uso, valorado en unos 34.000 euros en Europa, se vendía a unos 239.250 dólares, según reportes de agencias en ese momento.
En 2022, EEUU otorgó la primera licencia para exportar carros a Cuba. El negocio no paró de crecer desde entonces. Según cifras de Cuba Trade, actualmente hay al menos 22 empresas en EEUU con la licencia.
[El periodista Mario Pentón contribuyó a este reporte]
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